¿Que es?
“La tanorexia es una adicción patológica al bronceado, y quienes la padecen consideran que su piel siempre está pálida”, explica el secretario general de la Sociedad Argentina de Dermatología, Roberto Glorio (MN 80458). Quienes la padecen se someten a largas y compulsivas horas bajo el sol porque siempre se ven “pálidos.
Se trata de un término que, en realidad, aún no cuenta con la aceptación total de parte de la comunidad médica . Agrega el profesional. Es decir, quienes lo padecen tienen un desfasaje en su esquema corporal que en este caso los hace ver pálidos o “transparentes”. Así, se someten a largas y compulsivas horas de exposición bajo el sol o incluso a reiteradas sesiones en las camas solares, desafiando arrugas, manchas en la piel y hasta el tan temido cáncer de piel a largo plazo.
En realidad, la adicción al bronceado enmarca un patrón obsesivo compulsivo de la personalidad alentado por un requisito social, describe Glorio. Y en realidad, es fácil de comprobar. ¿A quién no le han preguntado qué ha hecho en sus vacaciones si no regresa bronceado? En efecto, la piel dorada es sinónimo de ocio, de bienestar e incluso, de belleza. La tanorexia se inscribe dentro de las patologías propias del siglo XXI que responden a un patrón sociocultural que pondera a las mujeres extremadamente delgadas y bronceadas como modelos de los saludable, explica el profesional.
Lo cierto es que se trata de un trastorno que afecta a mujeres y a hombres por igual y que, si bien es más frecuente en la población entre los 20 y los 40 años, también es frecuente en personas que superan ampliamente ese rango etario.
Como cualquier otra adicción, la tanorexia es mala por definición y provoca grandes trastornos en quienes la padecen. Éstos perciben tener un moreno inferior al que realmente tienen, lo que les frustra al no poder alcanzar en ningún caso la meta deseada.
Los tanoréxicos padecen muchas veces dismorfobia y, lógicamente, corren riesgo de sufrir problemas asociados al exceso de exposición a los rayos ultravioletas, por ejemplo cáncer de piel.
Si bien es una enfermedad poco diagnosticada, cada vez son más las personas afectadas y que nunca se ven conformes con su color de piel en verano, por lo tanto, no les importa pasar largas horas bajo el sol, incluso, en las horas de mayor calor y fortaleza solar.
Los adictos a los rayos UVA todo el año se exponen a ellos, se sienten mal o de mal humor si un día no toman sol o no asisten a su sesión de rayos UVA.
Por supuesto que esta adicción culmina siendo perjudicial para la salud, debido a que las probabilidades de sufrir quemaduras y cáncer de piel se incrementan a medida que se reducen los cuidados a la hora de tomar sol.
La piel de las personas que no se ven morenos nunca a pesar de estarlo, y que por eso pasan largas horas bajo los efectos de los rayos UVA, se ve dañada, con manchas, envejece rápidamente, y puede sufrir de melanomas.
La forma de broncearse saludablemente y agregar salud a nuestro cuerpo con el sol, consiste en no pasar largas horas bajo la exposición solar y no hacerlo en horas pico, como así también, siempre es necesario la utilización de protección solar apropiada.
La tanorexia convierte a la práctica de tomar sol en un hábito nocivo entre los adictos a estar bronceado, ya que la piel no se ve favorecida sino dañada.
A menudo nos parece normal que la gente en la playa esté permanentemente bajo el sol, pero es bueno conocer que ésto también puede desencadenar una obsesión que perjudica a nuestra salud..
En el año 2005, un grupo de dermatólogos publicaron un estudio que demostraba que los tanoréxicos experimentaban una pérdida del control de sus límites, que evitaban poder parar el proceso de bronceado una vez la piel ya está morena, dicho patrón es similar a otras adicciones como el alcoholismo o tabaquismo.
Las pruebas bioquímicas de un estudio realizado en 2006, indicaron que dicha adicción al bronceado es producida por una liberación de opioides mientras se toma el sol. Los individuos analizados en el estudio que tomaron el sol con gran frecuencia, al cortar el ciclo presentaron un grave síndrome de abstinencia, mientras que los que tomaron el sol en cantidad moderada, no experimentaron cambios destacables.
¿Cuáles son sus síntomas?
Evitar las cabinas de bronceado. Las cabinas de rayos ultravioleta (UV) proporcionan un bronceado durante todo el año. Esta satisfacción inmediata hace que las cabinas de bronceado sean un importante factor de riesgo en el desarrollo de tanorexia. Además, aumenta el riesgo de padecer patologías cutáneas como cáncer de piel. En algunos países, como Australia, las cabinas de bronceado están prohibidas.
Utilizar protección solar, tanto para evitar broncearse en exceso como para prevenir las quemaduras solares. Para usar el tipo de protección que más conviene, es necesario saber el fototipo que tiene nuestra piel.
Entre los
síntomas para reconocer está nueva adicción, los especialistas citan la
ansiedad que genera en la persona perder una sesión de sol o de rayos UVA y el
hecho de que nunca se ven suficientemente morenos.
Según un estudio de la Academia Española de Dermatología, en los últimos veinte años la cantidad de melanomas, o cáncer de piel, se ha multiplicado por diez, y aún así, un 31% de los españoles reconoce seguir tomando el sol en la horas de máximo peligro, sobre todo, en los meses de verano.
Además, seis de cada diez españoles siguen sin conocer cuál es su fototipo y no utilizan la protección adecuada, y muchos cuando están morenos, tras quince días en la playa, dejan de ponerse cremas pensando que ya no corren peligro de quemarse. "El protector es un gran avance, pero se utiliza para exponerse más, se abusa", advierte González Castro.
No obstante, apunta que se ha mejorado la detección y el diagnóstico, los melanomas se cogen con más rapidez, y de una forma más precoz. Aunque las mujeres son más conscientes de los riesgos del sol que los hombres, y se suelen poner más crema, también se exponen más al sol.
¿Cuáles son sus síntomas?
A pesar de que el
síndrome no ha sido oficialmente descrito por la comunidad médica, existen
síntomas que pueden ser: ansiedad excesiva por no perder el tono ganado, la
competencia entre compañeros para ver quién puede conseguir el bronceado más
oscuro y la frustración crónica sobre el color de la piel, cuando la persona
afectada está convencida que su tono es constantemente inferior de lo que
realmente es. Cuando la pérdida de apetito esta provocada por la sensación de
falta de horas al sol.
Como prevenirlo
La prevención de la tanorexia debe realizarse en dos vías: la psicológica
y la clínica. La
prevención psicológica de la tanorexia comienza en edades tempranas. Durante
la infancia, los padres y educadores deben fomentar la autoestima en el niño:
haciéndole sentir querido y valioso, reforzándole positivamente en los logros
que consiga, aunque sean mínimos (vestirse solo, ir al baño) y asignándole
tareas pequeñas y responsabilidades (cuidar de una planta o mascota). Con estas
medidas, tendrá muchas probabilidades de convertirse en un adulto con una salud mental adecuada
Si se ha trabajado bien la autoestima
en la infancia será fácil que el adolescente entienda que la imagen no es
prioritaria para ser feliz, y que no tiene que parecerse a los modelos
publicitarios. Aunque la mayoría de los adolescentes presentan problemas de
autoestima e inseguridad en algún momento, es muy probable que sea una fase
pasajera.
En cambio, de no tener un buen concepto de sí mismo, el adolescente podría estar en
riesgo de sufrir algún desorden,
como la tanorexia. La
adicción al sol tiene una incidencia mucho menor que otras alteraciones de la
conducta, como puede ser la anorexia o la bulimia. Pero muchos casos de tanorexia
comienzan incluso antes de la mayoría de edad, en torno a los 17 años.
La adicción al sol es más frecuente en chicas jóvenes, pero también hay casos
de chicos adictos a broncearse.
Una buena educación de salud
forma parte de la prevención
clínica de la tanorexia. Concienciar de la importancia de protegerse del sol desde la infancia ayudará
a ser más consciente del daño de broncearse en exceso durante la vida adulta,
reduciendo el riesgo de sufrir tanorexia. Para una buena prevención solar, es necesario:
Limitar los baños de sol, especialmente durante las horas
centrales del día, entre las 12 de la mañana y las 5 de la tarde.
Evitar las cabinas de bronceado. Las cabinas de rayos ultravioleta (UV) proporcionan un bronceado durante todo el año. Esta satisfacción inmediata hace que las cabinas de bronceado sean un importante factor de riesgo en el desarrollo de tanorexia. Además, aumenta el riesgo de padecer patologías cutáneas como cáncer de piel. En algunos países, como Australia, las cabinas de bronceado están prohibidas.
Utilizar protección solar, tanto para evitar broncearse en exceso como para prevenir las quemaduras solares. Para usar el tipo de protección que más conviene, es necesario saber el fototipo que tiene nuestra piel.

Los factores de la dependencia
Aunque la
comunidad médica no ha aceptado aún el término tanorexia, que lo vincula con
trastornos como la anorexia nerviosa, sí que advierten que es un fenómeno que
hay que vigilar de cerca. Asimismo, son varios los especialistas que han
formulado teorías sobre los factores biológicos que influyen en esta adicción.
Una de
las teorías, recogidas en la investigación de Heckman, indica que uno de los
posibles mecanismos que explicarían la tanorexia es que durante la exposición a
los rayos ultravioletas el organismo libera endorfinas, que hacen al individuo
sentirse bien. Una sensación similar a la que experimentan con el consumo de
ciertas drogas. Varios trabajos científicos han investigado esta línea.
Para
Heckman, "existen varias similitudes entre la adicción al bronceado y el
abuso de sustancias, como que ambas son más prevalentes entre la juventud,
están asociadas a un factor social que favorece relacionarse con otros y tienen
riesgos para la salud conocidos por todos".
El culto
a la apariencia
Los
investigadores reconocen que es la apariencia la motivación principal para caer
rendidos bajo los rayos del astro rey o de las lámparas violetas, pero no la
única. El efecto relajante y la facilidad para relacionarse con otros cuando se
está bien con uno mismo también se encuentran entre las razones argumentadas
por los tanoréxicos.

Sonia,
peluquera de profesión, se ha acostumbrado a verse bronceada. Sabe que la ropa
le sienta mejor, que puede atreverse con todos los colores de su armario y que
el espejo no miente y le recuerda a diario que está más guapa con ese tono. Por
eso, está decidida a conservar, mediante lámparas de rayos UVA, el dorado que
ha conseguido este verano en las playas de Cádiz, como ya ha hecho en años
anteriores.
"No
creo que sea una adicta, pero es cierto que ya no me veo bien si estoy
blanca", reconoce a elmundo.es. Su hermana Vicky, con la que comparte
trabajo, es de la misma opinión. "Sé que morena estoy más guapa y si puedo
estar morena todo el año, ¿por qué no lo voy a hacer?", dice.
Los
autores advierten que la 'tanorexia' se ha visto incrementada en los últimos
tiempos por la "reciente explosión en las revistas de imágenes de famosos
con cuerpos bronceados y por el aumento del número de salones dedicados al
moreno artificial".
La búsqueda de un moreno permanente
está a la orden del día, de hecho, cada vez son más las personas que se hacen
dependientes de los rayos del sol y no sólo en verano. A esta adicción al sol o, en su defecto, a las cabinas de bronceado se le conoce como Tanorexia.
Se trata de un trastorno mental ya que, como ocurre con la vigorexia, donde el afectado nunca ve que su cuerpo alcance el grado de musculación adecuado, en el caso de la adicción al bronceado, la víctima nunca se ve lo suficientemente morena, teniendo una imagen distorsionada de sí misma.
Se trata de un trastorno mental ya que, como ocurre con la vigorexia, donde el afectado nunca ve que su cuerpo alcance el grado de musculación adecuado, en el caso de la adicción al bronceado, la víctima nunca se ve lo suficientemente morena, teniendo una imagen distorsionada de sí misma.
El cáncer de piel
Según un estudio de la Academia Española de Dermatología, en los últimos veinte años la cantidad de melanomas, o cáncer de piel, se ha multiplicado por diez, y aún así, un 31% de los españoles reconoce seguir tomando el sol en la horas de máximo peligro, sobre todo, en los meses de verano.
Además, seis de cada diez españoles siguen sin conocer cuál es su fototipo y no utilizan la protección adecuada, y muchos cuando están morenos, tras quince días en la playa, dejan de ponerse cremas pensando que ya no corren peligro de quemarse. "El protector es un gran avance, pero se utiliza para exponerse más, se abusa", advierte González Castro.
No obstante, apunta que se ha mejorado la detección y el diagnóstico, los melanomas se cogen con más rapidez, y de una forma más precoz. Aunque las mujeres son más conscientes de los riesgos del sol que los hombres, y se suelen poner más crema, también se exponen más al sol.
CONCLUSIÓN
Pudimos obtener, como conclusión, que la tanorexia es una adicción maligna que si bien, no es muy frecuente, hoy en día se esta expandiendo y cada vez más gente sufre de esta adicción. Si bien lo cierto es que se trata de un trastorno que afecta a mujeres y a hombres por igual y que, si bien es más frecuente en la población entre los 20 y los 40 años pero todos tenemos que tener precaución sin importar la edad que tengamos. Pudimos obtener como conclusión de que para no adquirir esta adicción no tenemos que estar mucho tiempo bajo el sol y así vamos a mantenernos alejados de esta adicción.
Para ir a nuestru video click aqui: https://www.youtube.com/watch?v=54jIb3lsHI0
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